Vacas y el apogeo de la vida


Cuando Ramatis habla de la compresión energética que se produce al asesinar al animal, en especial a las vacas, esto puede compararse con una persona en la plenitud de su edad atlética que se encuentra internada en un hospital esperando su recuperación.
Al producirse un poco de mejoría en la salud del paciente una inquietud empieza a manifestarse. Esta inquietud es debido a su vitalidad ya que está en el apogeo de su vida y en la cima de sus fuerzas vitales y de sus energías mentales.
El espíritu encarnado quiere hacer cosas, moverse, aprender, vivir, evolucionar.
Cuando asesinamos una vaca para consumirla solamente pasados 5 años de vida debemos pensar que este mismo está entrando en el apogeo de su vida entrando en su mayor pico de fuerza física y mental en su más alta expresión de encarnado.
La vaca que tiene un promedio de vida de 20 a 25 años que es asesinada a los 5 años promedio,  poco más poco menos, después de tener 4 o 5 terneros se encuentra en condiciones por un lado muy deterioradas por haber tenido en tan poco tiempo familia y por el otro lado espiritualmente y mentalmente se encuentra completamente activa como si nosotros en el supuesto de que comiesemos carne humana los  asesinaríamos al cumplir los 25 años.

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