13. No os déis importancia por lo que sabéis, porque ese saber tiene limites muy reducidos en el mundo que habitáis. Pero aun suponiendo que seáis los personajes inteligentes de ese globo, no tenéis por esto ningún derecho de envaneceros. Si Dios, en sus designios, os ha hecho nacer en un centro que hayáis podido desarrollar vuestra inteligencia, es que quiere que hagáis uso de ella para bien de todos, porque es una misión que os da, poniendo en vuestras manos el instrumento con cuya ayuda podéis desarrollar, cuando venga el caso, las inteligencias atrasadas y conducirlas a Dios. La naturaleza del instrumento ¿no indica, acaso, el uso que debe hacerse de él? La azada que el jardinero pone en las manos de su operario, ¿no le enseña que debe cavar? ¿Y qué diríais si este hombre, en lugar de trabajar, levantara la azada para herir a su amo? Diríais que es monstruo y que merece ser expulsado. ¡Pues bien! ¿No su...